Superada la visita al Alcoraz con el Huesca, en el que se sumó un punto valiosísimo, este próximo viernes se jugará en Butarque uno de los encuentros más importantes de los últimos años frente al Espanyol.
Hablar de finales en el mundo del fútbol suena siempre muy rimbombante y no siempre se acierta al usarlo. Lo del próximo viernes no tiene pinta de que sea un partido para definirlo de tal forma porque se gane, se empate o se pierda el Leganés seguirá liderando la clasificación y seguirá dependiendo de sí mismo para conseguir el ascenso de forma directa. Cosa muy diferente a lo que les pasó a Athletic y Mallorca el pasado fin de semana, por ejemplo.
Lo que sí hay que tener en cuenta es la importancia del mismo. De ganar, el conjunto de Borja Jiménez le meterá una brecha considerable a su inmediato perseguidor. El empate puede ser un buen un bagaje dependiendo del desarrollo del encuentro. Sobre todo si tenemos en cuenta ese siempre recurrente gol average, que caería en el lado pepinero y que a pesar de que ambos conjuntos sumarían un punto y se mantendría la distancia, los madrileños se llevarían ese +1 en caso de empate final en la clasificación.
Anticipando el spoiler de Borja Jiménez en rueda de prensa y apelando al sentido común, el partido frente al Espanyol «es el más importante porque es el siguiente», pero a diferencia de los 34 anteriores este se va a cocer a fuego lento durante la semana para intentar que Butarque cuelgue el cartel de «no hay billetes» en esta categoría por primera vez. En la recta final del campeonato, la ilusión de una ciudad tiene que empezar a hacerse latente y todo puede empezar con una victoria en el partido más importante de la temporada.
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