Tras una mala racha de resultados que había acortado la ventaja de los pepineros, el partido con el Amorebieta se antojó clave. Todo iba mal hasta que apareció Juan Cruz para devolverle la esperanza a todos aquellos que la habían perdido.
Hollywood acostumbra a vendernos historias bonitas que finalizan con un final feliz tras un fiasco que hace que el desarrollo de la misma tenga un punto de inflexión. Uno de los ejemplos más recientes es el de la serie «Ted Lasso», famosa por su eslogan «Believe» (creed en castellano) que el actor Jason Sudeikis, que interpreta al entrenador que da nombre al telefilm, aprovechó para levantar el ánimo de su equipo ante las adversidades y llenar de éxitos del AFC Richmond.
Quizás eso le estaba pasando al aficionado del Leganés, quien después de dos derrotas consecutivas y la cautela de Borja Jiménez en rueda de prensa, había perdido un poco la ilusión. El partido no fue para tirar cohetes y la expulsión de Neyou lo maximizó todo. El paganismo se había instalado entre los feligreses pepineros que empezaban a dar por bueno el punto y a volver de Lezama lo más enteros posibles.
Pero apareció Juan Cruz para devolver la fe a todos aquellos que la habían perdido y suponer ese punto de inflexión. El gol fue un bálsamo que curó todos los males que parecían estar sufriendo plantilla, directiva, trabajadores o aficionados del CD Leganés. Al igual que Asier Garitano en 2014 con la victoria en Las Llanas frente al Sestao o en 2016 con aquel «creed en vosotros», una acción ya fuese palabra o un gol lo cambia todo y hacen que la ciudad de Leganés vuelva a creer en su equipo ante el reto mayúsculo de ascender a Primera División.
Once Leones 
